domingo, 8 de abril de 2012

Colombia: El viaje a ninguna parte – por Ricardo Angoso

 APRIL 8, 2012



Las FARC han dado un paso adelante en el imparable proceso de paz emprendido por el gobierno de Juan Manuel Santos liberando a los últimos diez uniformados secuestrados por la guerrilla. El diálogo se abre paso mientras la política de seguridad pública de Santos naufraga en medio del fragor de violentos atentados terroristas y la creciente delincuencia común a la que nadie parece querer poner coto.
Cuando han pasado casi dos años desde que el heredero natural del uribismo, el presidente Juan Manuel Santos, llegara a la máxima jefatura de su país, algo que logró cabalgando a lomos de la popularidad de su antecesor, la gestión política y económica del país deja mucho que desear. Los indicadores no pueden ser más negativos y la inseguridad pública, tanto la procedente de los terroristas como la común, ha vuelto a empeorar notablemente y, según una encuesta reciente, preocupa a más del 70 por ciento de los colombianos. Tan sólo sus ministros, los medios afines al Ejecutivo y su cohorte de aduladores con escaso convencimiento, junto con algunos “comunicadores”, consideran todavía que la gestión de Santos ha sido exitosa a estas alturas de la película.
Fruto de la inacción política que percibe la ciudadanía con meridiana claridad —aunque el diario El Tiempo, fiel al presidente, sigue tratando de negarlo—, hace apenas unas semanas, el sábado 17 de marzo, una columna de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) atacó a un destacamento militar en el departamento de Aracua y causó la violenta muerte de once uniformados, un suboficial y diez soldados. Pero lo más decepcionante fue la reacción del presidente Santos, quien señaló directamente a los militares muertos de ser los responsables del atentado por no haber cumplido con los protocolos de seguridad. ¿Inaudito, no?
También hace unas semanas el departamento del Chocó sufrió un paro armado “decretado” por las FARC. El departamento, uno de los más pobres del país pero paradójicamente rico en materias primas, ha sufrido pérdidas por valor de casi cien millones de dólares y ha estado paralizado durante una semana. Nadie hizo nada de nada, nadie movió un dedo. Solamente cuando la noticia se conoció a través de los medios y fue denunciada por las organizaciones locales, el gobierno de Juan Manuel Santos reaccionó y decidió convocar un Consejo de Ministros en la región que llegaba, cuando menos, demasiado tarde.
Como señalaba el diario El Espectador muy acertadamente, “que en silencio el departamento de Chocó haya estado inmovilizado, atemorizado y con hambre una semana, por cuenta de la amenaza de paro armado por parte del frente 57 de las FARC, no dejó muy bien parada al gobierno en materia de orden público”.
Otro asunto son los ataques terroristas a los sectores estratégicos del país, como por ejemplo el minero. La minería es hoy uno de los sectores que más atrae a los inversores extranjeros que vienen a Colombia a hacer negocios, también es uno de sus principales motores económicos. Las FARC también la tienen en su punto de mira, como era fácil de prever.
Ataques contra petroleras
El terror contra esta industria y contra quienes trabajan en ella se ha extendido en estos últimos meses, tal como señala muy atinadamente el analista Mauricio Vargas: “Las cifras asustan. Doce ataques guerrilleros contra la infraestructura petrolera en los dos primeros meses del año, cuando habían sido 31 en todo 2010, antes de comenzar a aumentar en 2011; 43 empleados y contratistas vinculados a la producción de crudo secuestrados en 2011, cinco veces más que en 2010; este año van 11 plagios, un ritmo que, de mantenerse, haría de 2012 el peor año en este rubro en lo que va de siglo”.
Las cifras hablan por sí solas, la inseguridad aumenta y el Ejecutivo de Juan Manuel Santos sigue de vacaciones, y nunca mejor dicho.
Un reportaje reciente del diario El Espectador informaba, en esta dirección que tanto preocupa a los colombianos, que en los 19 meses del presidente Santos al frente del poder en Colombia ha habido más de 200 atentados terroristas, unos dos centenares largos de víctimas, un sinfín de heridos y un coste incalculable en daños materiales. La responsabilidad, obviamente, corresponde casi mayoritariamente a las FARC.
La batalla por la seguridad, que había sido ampliamente reivindicada y desarrollada con éxito por el expresidente Álvaro Uribe, que gobernó entre los años 2002 y 2010, parece ya un desiderátum abandonado por el actual Ejecutivo.
Santos parece más dedicado a los golpes de efecto retóricos, efectistas y mediáticos, como por ejemplo el mensaje dirigido a la nación una vez lograda la liberación de los últimos diez uniformados en poder de la sanguinaria guerrilla de las FARC, pero carentes de contenidos y soluciones prácticas para una ciudadanía cansada de la “cascada” de anuncios (y nombramientos millonarios) inútiles, que al ejercicio de un gobierno responsable y a la altura de las necesidades de un país cada vez más cuestionado.
¿Puede Colombia volver a la lista de Estados fallidos de la que le había sacado Álvaro Uribe? De continuar el actual camino, claro que sí. Sin seguridad no hay nada, ni prosperidad ni bienestar.
Y como fruto de este abandono de la política de seguridad democrática que abanderó Uribe hoy los colombianos se encuentran con que las FARC siguen golpeando con fuerza en casi todo el país, habiendo causado sensibles daños a la fuerza pública en los pasados meses; la banda criminal los “Urabeños” campa a sus anchas en una buena parte del territorio colombiano y en el mes de enero consiguieron paralizar, ¡ni más ni menos!, que a siete departamentos (provincias) colombianos; y que las ciudades de Cali, Medellín, Cúcuta, Pereira y Barranquilla se encuentren en la lista de las 50 más peligrosas del mundo.
Mientras este escenario preocupante se desarrolla, sobre a todo a nivel cotidiano pues las poblaciones más vulnerables siguen siendo las más humildes, el gobierno exhibe un triunfalismo que desconcierta y, desde luego, no tranquiliza a nadie.
Por ejemplo, a estas alturas, aparte de buenas intenciones y varios paquetes legislativos sin traducción práctica en la adversa realidad del país, se sigue echando en falta un verdadero plan de infraestructuras que merezca tal nombre, una reforma del caótico e infuncional sistema (¿?) de salud colombiano y una profundización y mejora en la educación pública, cada vez menos universal y que ahonda la brecha en la sociedad más injusta de América Latina, tal como señala el coeficiente Gini.
Diálogo político
También existe un claro “coqueteo” con los países bolivarianos, pero especialmente con Cuba y Venezuela, algo que preocupa a los amigos tradicionales de Colombia. Según señalan algunas fuentes, podría haber una intencionalidad política en estos acercamientos: buscar a toda costa un diálogo político con las FARC.
Según el periodista venezolano Nelson Bocaranda Sardi, Santos habría tratado en su reciente encuentro en La Habana con los líderes de Cuba y Venezuela, Raúl Castro y Hugo Chávez, respectivamente,el candente tema de las FARC, a pesar de que oficialmente se iba a tratar solo el boicoteo de los Estados Unidos a Cuba en la Cumbre de las Américas, a celebrar en Cartagena de Indias este mes de abril.
Y es que, según Bocaranda, el año pasado el extinto jefe de las FARC, alias Alonso Cano, y su hoy máximo líder, Rodrigo  Londoño, alias Timochenko, habrían viajado a Cuba en un avión de la empresa estatal venezolana PDVSA, “escapando del cerco del ejército colombiano”, para hablar con Fidel Casto y ponerlo al tanto de “la realidad de la organización guerrillera”. Y agrega: “Las cartas las tiene Juan Manuel Santos. Cuba podría ser el destino final de los jefes guerrilleros para lograr un acuerdo del cese al fuego y de liberación de todos los secuestrados. La fuerza militar colombiana ha sido demostrada en su totalidad y la guerrilla lo sabe.Ya en tres oportunidades han estado cerca de los dos. Ambos lo saben”.
Santos, como buen animal político que es, busca un prestigio internacional a través de un acuerdo con las FARC que nunca le dará su deficiente gestión del país en el día a día, quizá con la vista puesta en dos objetivos de amplio calado, como serían el puesto en la Secretaría General de las Naciones Unidas o el Nobel de la Paz. O ambos al mismo tiempo.
El riesgo de esta apuesta, como ha ocurrido con intentos pasados de diálogo con las FARC, es que puede fracasar en el intento y erosionarse políticamente quizá para siempre, como le ocurrió al conservador Andrés Pastrana en esta apuesta tras el despeje de la región del Caguán para la ‘muchachada’ guerrillera.
Las FARC saben que Santos se juega mucho en este “juego” —el presidente es un consumado jugador de póquer— y nunca negociará si no van a obtener réditos políticos.
Mientras tanto, entre bambalinas, las negociaciones ya se hacen muy evidentes y es casi innegable el carácter de mediadora de la exsenadora y controvertida dirigente liberal Piedad Córdoba, cuya cercanía política con las FARC molesta a más de uno en Bogotá y causa lógicos recelos en las Fuerzas Armadas. De naufragar en este intento, Santos tendrá pocos resultados que ofrecer a una ciudadanía que cada día se muestra más decepcionada ante el actual estado de cosas y que no oculta, por mucho que le pese a algunos, una cierta nostalgia de la larga (y tranquila) era uribista. Veremos qué pasa en los próximos meses.
De momento, ya es una realidad la liberación de los diez últimos uniformados en poder de las FARC. La lista de liberados la componen los policías Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero, José Libardo Forero, Wilson Rojas Medina, Carlos José Duarte y César Augusto Lasso Monsalve, y los militares Luis Alfonso Beltrán Franco, Robinson Salcedo Guarín, Luis Alfredo Moreno Chagüeza, y Luis Arturo Arcía.
Todos ellos han llegado sanos y salvos de noche desde Villavicencio a Bogotá en sendos aviones de la Policía Nacional y de la Fuerza Aérea junto a sus familiares. Estos colombianos han pasado en cautiverio en manos de la guerrilla de las FARC algunos desde el año 1998 y otros desde 1999.
Fuente: Cambio16 (Spain)

Colombia: El espejismo de la paz – por Saúl Hernández

APRIL 6



Mientras continúa el show a la espera de la liberación de secuestrados por parte de las Farc, las Fuerzas  Armadas le acaban de propinar dos golpes contundentes en Arauca y Meta con un saldo superior a los 70 guerrilleros muertos. Esto ocurrió justo después de que la guerrilla masacrara a 11 soldados en Arauca, pero se ha dicho que no se trató de una reacción a esas muertes sino una acción que venía siendo planeada de tiempo atrás.
Aún así, todo parece indicar que el gobierno de Santos está preocupado no tanto por el deterioro del orden público como por la insatisfacción que ello viene causando entre la ciudadanía, lo cual se refleja en las encuestas. Para Santos, nada podría ser más lesivo ahora que poner en juego su gobernabilidad justo cuando los rumores sobre diálogos con las Farc han avanzado al punto de creerse que ha habido contactos con otros países (Cuba y Suiza) para que presten algún tipo de cooperación bien como mediadores, garantes o anfitriones de una negociación.
A una mesa de diálogo hay que llegar fortalecido, pero no deja de ser paradójico que sea Santos quien haya tenido que recomponer sus cartas ante la arremetida guerrillera de los últimos meses y el descontento popular consecuente. Hasta hace un par de semanas las Farc se mostraban con posibilidades de hacer exigencias de peso frente a un gobierno que se veía muy dubitativo y tremendamente ansioso de pasar a la Historia como el que le puso fin a esta confrontación sin importar mucho el precio. Por eso tuvo que implementarse la operación Espada de Honor, de cuyo éxito depende que la balanza vuelva a estar claramente de parte del Estado y así convencer a las guerrillas de que es mejor aceptar un buen acuerdo que seguir con sus infructuosos intentos de imponersen por la vía armada.
Sin embargo, hay hechos recientes también que demuestran que terminar el conflicto mediante acuerdos de paz puede ser apenas un sueño bienintencionado. Mientras las guerrillas sean solo la expresión armada y violenta de una avanzada ideológica con tentáculos en universidades públicas, ONG, partidos políticos, sindicatos, entidades del Estado y otros sectores de la sociedad, las firmas de paz serán solo un saludo a la bandera que les permitirán fortalecerse a la vez que el Estado baja la guardia adelgazando las Fuerzas Militares con el argumento de usar esos recursos en temas sociales.
Lo que hay que entender aquí es que la extrema izquierda propugna por una visión de la política que es contraria a la democracia y mientras esas fuerzas que son la retaguardia civil de las Farc no renuncien a su intención de convertir a Colombia en un paraiso comunista, no hay diálogo que valga ni habrá acuerdo que se cumpla, todo esto no será más que una estación forzada en el camino de alcanzar el poder para imponer su fracasada doctrina.
Hace rato que la infiltración guerrillera en las universidades es palpable –no solo por los incidentes con papas-bomba–. Ahora se acaba de conocer que jóvenes universitarios capacitaban a los comandantes de frentes de las Farc que estaban haciendo curso de ascenso en el campamento que fue bombardeado en Vista Hermosa (Meta), donde se dieron de baja a 36 guerrilleros. Por otra parte, hay ocho niños entre los 37 guerrilleros abatidos en el bombardeo ocurrido en Arauca, en marzo 20. Y, como si fuera poco, según el Ejército, la masacre de los 11 soldados en Arauca, el 17 de marzo, fue posible gracias al trabajo de inteligencia hecho por milicianos que se hicieron pasar unos como evangelizadores y otros como simples interesados en comprar gallinas.
Es decir, francamente no se ve que esta guerrilla esté interesada en la paz. El reclutamiento forzoso de menores, la incorporación de universitarios y el fortalecimiento de milicias, son tareas para el largo plazo, no para la reconciliación sino para cumplir un plan estratégico que no contempla la paz.
Fuente: El Mundo (Colombia)

Colombia: Primeros cien días del Alcalde Petro – por Paloma Valencia Laserna

APRIL 6, 2012



Estos primeros 100 días nos han permitido conocer un poco más al Alcalde Petro. Lo visto, ha desilusionado a muchos, quienes a pesar de no haber sido sus electores directos, le dieron un voto de confianza.
Petro fue elegido con tan sólo el 32% de los votos. La línea no izquierdista –que fue derrotada- era poderosa, tenía el 55% de la votación de la ciudad: Peñalosa obtuvo el 25%, Gina el 17% y Galán el 13%. Se dijo, muchas veces, que quienes votaban por los dos jóvenes, serían electores pasivos de Petro. Al dejar de acompañar a Peñalosa –que se supone tenía un programa más parecido al de éstos dos- estaban eligiendo a Petro, por lo tanto, tendrían que asumir la responsabilidad de su elección.
Lo cierto es que muchos votantes de Gina y Galán, preferían a Petro que a Peñalosa, no por razones políticas, sino por la antipatía que suscita el candidato Verde. Muchos creían que Petro haría una buena alcaldía pues pretendería usar el cargo como trampolín hacia la Presidencia. Así que votaron por los jóvenes –aun sabiendo que no serían victoriosos- bajo la ilusión de que Petro no lo haría mal. Sin embargo, la opinión actual ya no tiene esa certidumbre; más de uno sostiene que en estas circunstancias hubiera preferido votar por Peñalosa.
La desilusión tiene que ver con la falta de comunicación del Alcalde. Twittea, pero lo hace de una forma caótica, que genera desasosiego en una ciudad que está colapsada. Si bien Petro no causó la crisis, al elegirse como Alcalde se hizo responsable de ella, de manera que el mero señalamiento de los problemas –más que evidentes- no lo exonera de la necesidad de actuar y resolver. Son pocos días para que pudiera haber solucionado algo –eso lo entendemos todos- pero no se ve la línea de acción; los bogotanos sentimos que naufragamos entre la improvisación de quien  pretende ser  el Alcalde Fundador. Aspira desconocer los procesos anteriores e imponer sus ideas, como si la administración fuera el burdo ejercicio del capricho o querer de los gobernantes. Gobernar en una democracia supone coordinar un proyecto parcial –de tan sólo 4 años- con lo que se ha hecho y lo que harán otros.
Lo que es más molesto del Alcalde es la manía de sentirse perseguido y vivir en la paranoia de una conspiración en su contra. Es natural que habiendo sido elegido con un tercio de la votación, tuviera que hacer un esfuerzo para conquistar al casi 70% de los votantes que no lo acompañaron; pero lejos de ser persuasivo, Petro optó por la confrontación y el delirio de persecución. Pareciera que busca siempre un culpable de todo lo que pasa: las protestas no son espontáneas, sino actos en su contra; las críticas no son opiniones, sino campañas de desprestigio; la oposición no es un fenómeno político, sino una manera de sabotear su gobierno. Algunos izquierdistas conviven en con esa idea de que el mundo conspira; tal vez porque la teoría marxista creó algo similar cuando planteó que las estructuras de poder no eran neutras y que servían a los propósitos de una clase. Como sea, parece que el Alcalde necesita un enemigo para su gobierno y anda en la consecución del mismo.
No deja de ser paradójico que sea Petro quien descalifica la critica y pretende convertirla en la causa de todas sus desgracias, cuando fue él critico vehemente del gobierno anterior. Su carrera se hizo a base de debates de oposición, de críticas y de recriminaciones –unas con razón y otras sin ella. Ahora que es él el gobernante parece mucho menos tolerante con la oposición; más agresivo con quienes lo critican y ofensivo con quienes no lo siguen.
Esto plantea la necesidad de debatir si la elección del Alcalde de las grandes ciudades colombianas debería tener segunda vuelta, de manera que los mandatarios llegaran con más del 50% de respaldo. Eso aumentaría la gobernabilidad y daría mayor legitimidad a las decisiones de la administración.
Fuente: El Espectador (Colombia)

Venezuela: El próximo 11 de Abril de 2012 – por Luis Betancourt Oteyza

APRIL 7, 2012



“…las cosas, para hacerlas bien, es preciso hacerlas dos veces: es decir, que la primera enseña la segunda”  Simón Bolívar
El próximo 11 de abril celebraremos otro aniversario, el décimo, de un acontecimiento que nos debe llenar de orgullo a los demócratas, por eso hablo de celebrarlo. En efecto, ese día el pueblo de Caracas, en una manifestación pacífica nunca vista, marchó espontanea y decididamente hacia el palacio de Miraflores a exigirle la renuncia a Hugo Chávez, y lo logró.
En la gesta, las bandas armadas y organizadas del chavismo asesinaron a 19 venezolanos e hirieron a balazos a otro centenar. Los autores de esta masacre fueron fotografiados y filmados infraganti y las imágenes recorrieron el mundo hasta provocar un importante premio a los reporteros de un canal de televisión que a ello se atrevió.
No obstante, los criminales fueron aclamados como héroes por el Tirano y condecorados con una orden inventada a tal fin. La matanza no fue peor porque las FAN, llamadas a su ensañamiento, se negaron a ejecutar la orden, en resguardo de su honor y de  una tradición de respeto a la justicia que entonces imperaba en los cuarteles. La consecuencia de estos sucesos fue, como antes anotamos, la renuncia del cabecilla, la caída del gobierno forajido, y la fuga y escondite de los cómplices más conspicuos del chavismo.
Lo que ocurrió ese 11 de abril de 2002 fue la culminación de una serie de protestas y rebeliones nacidas en la sociedad por el atropello que se ensayaba contra las leyes y los intereses nacionales por un gobierno que promovía, tímida pero decididamente entonces, el enfrentamiento entre los ciudadanos, exacerbando diferencias económicas y creando rencillas sobre bases artificiales de diferencias sociales y raciales, que presagiaban la tragedia que viviríamos desde esos primeros días hasta el infierno de éstos cuando podemos sumar más de 170.000 asesinados por un hampa estimulada por el mensaje de odio y resentimiento social y familiar que aqueja al Jefe y principales acólitos de esa horda que es el chavismo.
Esa rebelión cuajó y nos liberó del Tirano, y eso debemos celebrarlo como celebramos otras fechas en honor de la libertad, aun cuando esas gestas no produjeron un efecto duradero pero significan un hito que nos anima todos los años a la lucha por nuestros derechos republicanos y democráticos.
Es lo mismo que hacemos con el 19 de abril de 1810, cuando el pueblo de Caracas, desde su Plaza Mayor se manifestó para exigir la renuncia de Vicente de Emparan por representar la usurpación, y lo logró; allí nació nuestra independencia, consagrada el 5 de julio de 1811. Luego esa libertad y república se perdieron por traiciones de los Vinoni de entonces, que terminaron por el regreso del despotismo y la entrega en manos de Monteverde del Precursor Francisco de Miranda, aduciendo que fue el único responsable del fracaso de la rebelión, en oscuro proceder de algunos –es curioso cómo se repite la historia con su hado perverso-, y en tan corto tiempo como sólo dos años más tarde, julio de 1812.
No obstante a ese aparente fracaso, todos los años en Venezuela celebramos con actos y desfiles la fecha de esa rebelión, entre otras cosas, para recordarnos que lo logramos y que debemos intentarlo cada vez que sea obligado recuperar nuestra Libertad, hoy conculcada, nuestra Republica, hoy desdibujada por un absolutismo casi monárquico, y nuestra Soberanía patria, hoy violada por la férula cubana de los hermanos Castro.
Así, los patriotas de entonces lo volvieron a intentar en 1813 con la Campaña Admirable, bajo la inspiración de Bolívar, para caer otra vez ante las huestes del Boves de entonces, también invitadas a la matanza de venezolanos, como hoy, por el mensaje del resentimiento social y racial, que duró victorioso hasta su muerte un buen día en Urica, el 5 de diciembre de 1814. Pero lo volvimos a intentar  años más tarde, 1817, y con el liderazgo del hoy denostado José Antonio Páez y sus llaneros salvados para la causa libertaria, sellamos la Independencia en Carabobo en 1821.
Por eso cada vez que vivimos un 19 de abril nos acordamos de aquella rebelión y lo celebramos, y por eso este 11 de abril de 2012 recordaremos la rebelión de Caracas que sacó al Tirano del poder y lo celebraremos. Poco importa que los Vinoni de hoy, civiles y militares, nos hayan robado nuestra oportunidad de libertad y democracia, lo logramos entonces y lo volveremos a lograr, estoy tan seguro como lo estuvieron Negro Primero y los soldados de Páez en Carabobo.
Fuente: Frente Patriotico (Venezuela)

Colombia-LA FISCALÍA DE COLOMBIA ENGAÑÓ AL FBI

April 7,2012

Por Ricardo Puentes Melo



Colombia está en estado de coma. Son tantas las aberraciones que cometen magistrados jueces y fiscales en contra de los ciudadanos, que el terror y la indignación que deberíamos sentir hacia ellos se ha convertido en un aletargamiento, en un sopor anímico que ha permitido a los administradores de la justicia continuar con sus fechorías.
Los alcances de esto que hemos llamado “El Cartel de la Toga” son inauditos: no solamente participan de fiestas y orgías invitados por la mafia de las drogas, recibiendo de ella costosísimos regalos con destino a esposas y familias de magistrados, sino que hay recibos circulando por ahí donde vemos que se han echado al bolsillo millones de dólares a cambio de favores a extraditables.
Nadie escapa a la tiranía de estos corruptos; todos recordamos cómo un humilde carpintero fue avasallado por el poder de un magistrado que, con su sola firma, lo envió a la cárcel porque sí, porque al administrador de justicia se le dio la gana. Y cuando se demostró la inocencia del modesto ciudadano, el magistrado quedó impune. Y la razón no es difícil de adivinar: quienes debieron haber impartido justicia son de la camarilla del torcido magistrado. Es como si unos rufianes pudieran juzgar a otro por atacar ciudadanos inermes; los resultados son, pues, predecibles.
Pero, se habrían imaginado ustedes, queridos lectores, que nuestra Fiscalía General de la Nación haya llegado al punto de engañar al FBI solo para condenar a unos inocentes cuyo pecado no es otro que el de pertenecer a las Fuerzas Armadas de Colombia?
Pues eso, exactamente, es lo que sucedió. La Fiscalía General de la Nación engañó al principal organismo de investigaciones del país más poderoso del planeta, Estados Unidos.
Alfonso Gómez Méndez, durante su gestión como Fiscal General se gestó el montaje contra la Fuerza Aérea por el caso Santo Domingo
¿Cómo sucedió esto..? Empecemos por el principio.
Era el 12 de diciembre de 1998. Colombia salía de la pesadilla de la narcopresidencia de Ernesto Samper, y se embarcaba en la era de horror de Andrés Pastrana quien co-gobernó con las guerrillas narcoterroristas de las FARC. En esa fecha, la Fuerza Aérea Colombiana ubica en su radar la avioneta tipo Cessna con matrícula HK2659, afiliada a la empresa Saviare, que aterriza sin autorización y sin el debido plan de vuelo en zona rural de Tame, Arauca.
Inteligencia militar sabía muy bien que en esta aeronave se transportaban armas para los Frentes 10 y 45 de las FARC, y que recogerían mil kilos de cocaína producida por estos frentes para ser llevados al “Negro Acacio”. La información la habían obtenido de una interceptación hecha por el ejército a los hermanos “Mono Jojoy” y “Grannobles”, bandidos sanguinarios de las FARC (Increíblemente, esta prueba sería cuestionada por la Fiscalía por no haber una autorización judicial para interceptar a estos comandantes de las FARC)
De inmediato, la Fuerza Aérea y el Ejército Nacional, planearon una operación conjunta para incautar las armas y la coca, y capturar a los terroristas. Pero cuando se acercaban a donde estaba la avioneta con los bandidos, un gran número de guerrilleros atacaron a los soldados, asesinando a nueve y dejando heridos a dieciséis, además de impactar dos helicópteros que participaban en la operación. Esto causó que las aeronaves dejaran a su suerte a los soldados que seguían combatiendo a los terroristas que los superaban en hombres, armas y posición táctica.
El desigual combate siguió hasta las horas de la noche. El comandante de la operación conjunta veía con angustia como sus hombres iban muriendo uno tras otro. Temeroso de sufrir un revés como el recién ocurrido en el Cerro de Patascoy, ordenó realizar un ataque aéreo para poder evacuar a sus hombres.
Gómez Méndez, actual vicepresidente de la Internacional Socialista, aquí en una reunión de esa entidad en Costa Rica en 2012, con Simón Gaviria y Beatriz Paredes, del PRI
En efecto, la Fuerza Aérea atacó sobre una espesa selva donde estaban acantonados los narcoguerrilleros. Los atacaron con lo que conocemos como “racimo”, que es un dispositivo denominado AN-M1A2, el cual consiste de 6 granadas de 20 libras cada una, cada granada contiene 2,7 libras de TNT, y su radio de acción no supera los 27 metros. Este dato es importantísimo, porque el racimo que descargó el ejército impactó a más de 550 metros del caserío de Santo Domingo, que en esos días estaba en poder de los bandidos.
Así que luego de cuatro días de combates, la Fuerza Aérea pudo sacar a las tropas de esa trampa para ratones, y las transportaron fuera del peligro. Pero los bandidos continuaron en el caserío por varios días más; tiempo que fue aprovechado para tenderles una trampa a los militares.
Las FARC recogieron partes del racimo lanzado por la Fuerza Aérea y se alejaron de allí al tiempo que culpaban a los militares de haber asesinado a 17 personas civiles durante esos días de combates.
Pero la verdad es que las muertes de civiles fueron causadas y ordenadas por Germán Suárez Briceño, alias “Grannobles”, según lo estableció el valiente juez Rodrigo Suárez Barragán quien profirió una sentencia contra éste y otros miembros de las FARC. Sentencia que fue tumbada por los magistrados Jaime Raúl Alvarado Pacheco y Jesús Hernando Lindarte Ortiz, del Tribunal Superior de Arauca, gracias a la tutela interpuesta por la ONG MINGA.
Durante los días de los combates, cientos de guerrilleros hicieron y deshicieron en el corregimiento de Santo Domingo, asesinando personas, robándolos, cometiendo pillaje y toda clase de atropellos. El racimo que lanzó la Fuerza Aérea ni siquiera alcanzó a preocupar a los bandidos que ocupaban el caserío, y la llegada de las tropas allí tampoco era motivo de preocupación porque, como se dijo, los guerrilleros impedían que el ejército pudiera siquiera acercarse a la espesa selva que separaba, por más de 600 metros, a los militares de dicho caserío.
Como en este país la Fiscalía está presta para atender los llamados de la subversión, pronto se inició la investigación contra los miembros de la Fuerza Aérea por la muerte de estas diecisiete personas.
Tan pronto como el 17 de diciembre de 1998, es decir 5 días después del lanzamiento de artefacto explosivo aéreo, y una vez las FARC habían abandonado el caserío, de Santo Domingo se realizó una inspección judicial. Esta fue la primera de otras que se harían los días 18, 24 y 28 de diciembre de mismo año. Y otra más fue realizada el 18 de junio de 1999. En cada diligencia, CTI, el DAS y Medicina Legalemitieron dictámenes técnicos científicos que concluían que, efectivamente, dentro del poblado de Santo Domingo había ocurrido una explosión, pero no a causa de un bombardeo, sino como resultado de la detonación de explosivos que habían sido colocados dentro de un vehículo encontrado allí, en plena calle del caserío.
El juez Rodrigo Suárez Barragán , gracias a las declaraciones de unos guerrilleros desertores y otras pruebas, encontró que este vehículo fue cargado y explotado por órdenes de “Grannobles”. Pero a la Fiscalía esto no tuvo valor.
Sabiendo que los restos de metralla encontrados en el caserío no servían para inculpar a la Fuerza Aérea,  la Fiscalía desconoce los contundentes dictámenes científicos emitidos por los laboratorios especializados de Medicina Legal y el Das asegurando que ninguna muestra recogida en esas diligencias contiene restos de TNT ni otras sustancias utilizadas para la fabricación del tipo de bombas utilizadas por la FAC.
Entonces, deciden regresar al caserío. El 28 de diciembre, en un video que toman dentro de las viviendas, un poblador
Elementos hallados irregularmente en diligencia extraña de la Fiscalía
les enseña una serie de cosas que supuestamente recogió del lugar de los hechos. Allí había dos colas y una espoleta de nariz de un dispositivo AN-M1A2, un trozo de tela de camuflaje. Otros pobladores entregaron varios restos recogidos quién sabe de dónde y con qué fines. Porque es necesario recordar que antes de ese 28 de diciembre, hubo 3 diligencias recogiendo restos que fueron examinados por laboratorios especializados. Pero como no se encontró restos de sustancias relacionadas con el AN-M1A2, la Fiscalía realizó esta otra diligencia donde “aparecieron” como por milagro estos elementos que servirían para incriminar a la Fuerza Aérea.
El juez que condenó a “Grannobles” encontró, gracias a testimonios de desertores, que las FARC utilizaron población civil como escudos para proteger su huida. También le confesaron que “Grannobles” ordenó preparar un camión-bomba para esperar a los militares, y que este camión explotó antes de la llegada de las tropas causando la muerte de varias personas, entre ellas Teresa Mojica Hernández, y seis niños.
Otra evidencia de que ese camión explotó después del lanzamiento del racimo, a más de 500 metros de allí, son las imágenes obtenidas por el Sky Master (de las aeronaves) el 16 de diciembre de 1998, donde se ve el camión sin explotar, y donde se aprecia que no existe restos de bombardeos ni ataques aéreos.
Pero como a la Fiscalía poco le importan las pruebas, decidieron hacer lo que comúnmente hacen: Fabricar pruebas que les convengan a sus propósitos oscuros.
El 29 de marzo y el 9 de abril de 1999 el DAS y el CTI –respectivamente- concluyeron que las esquirlas recuperadas en el interior de ese camión, y en las viviendas cercanas al vehículo, así como las recuperadas de los cuerpos de las víctimas, eran idénticas y correspondían a la metralla utilizada en las bombas caseras hechas por las FARC.
Así que la Fiscalía realiza otra visita al caserío, el 18 de junio de 1999. “Sorpresivamente”, el día de esa diligencia, varios moradores de Santo Domingo entregan costalados de esquirlas. Entonces Medicina Legal examina esa “evidencia”, y dictamina científicamente que esos restos corresponden a residuos de explosivos tipo granada para mortero, pero de esos que son lanzados por fusil, no por bombas aéreas.
La Fiscalía, sin tener manera de poder engañar a la ciencia y la evidencia, regresa de nuevo al sitio el 11 de febrero del 2000. Allí, con ayuda de falsos testigos, montan la farsa de un croquis donde fabrican supuestos puntos de impacto de un AN-M1A2, es decir, del tipo usado por la Fuerza Aérea. Poco importó que en los croquis levantados en visitas anteriores no hubieran existido esos supuestos puntos de impacto. Y tampoco le interesó a la Fiscalía que en los videos tomados en esas diligencias y los obtenidos por la Fuerza Aérea tampoco existiera registro de esos cráteres. Cómo ese ente delinque impunemente, montaron la tramoya para encarcelar injustamente a los miembros de la Fuerza Aérea.
Todos sabemos que esa acta se hizo en Bogotá, no en el lugar de los hechos. Y la razón es que no aparecen los nombres de los “testigos”, ni nada. En el video que toma la Fiscalía es evidente que son habitantes de Santo Domingo –sin identificar- los que de manera sorpresiva, “recuperan la memoria” para identificar dónde cayó la bomba y dónde quedaron los cadáveres, producto del bombardeo.
Este es el croquis falsificado por la Fiscalía:
Este es el croquis espurio hecho por la Fiscalía para condenar infamemente a los miembros de la Fuerza Aérea. Comparen los "puntos de impacto", con las fotografías publicadas más abajo
En la siguiente toma, lograda seis minutos después del lanzamiento del AN-M1A2, a 600 metros de allí, vemos que no hay puntos de impacto ni víctimas en los sitios donde nos muestra el croquis chimbo de la Fiscalía.
fotograma tomado a las 10:08 am del 13 de diciembre de 1998. Seis minutos después del lanzamiento del dispositivo AN-M1A2. Nótese que no se ven puntos de impacto
Aquí tenemos otra toma hecha el 17 de diciembre de 1998, mientras se realizaba la inspección judicial en Santo Domingo. Vemos que no hay huellas de explosión sobre el tejado (punto F), ni cráteres en los D y F. Los puntos B y C corresponden a impactos de granada de fusil y mano. El punto A (camión) es de una bomba casera con metralla que las FARC colocaron en el interior del vehículo y que hicieron explotar antes de que el ejército llegara, como ya se dijo.
Fotograma de 17 de Diciembre de 1998, mientras se realizaba la inspección judicial en Santo Domingo. No existen huellas de explosión
Fotograma del 17 de Diciembre de 1998, mientras se realizaba la inspección judicial en Santo Domingo. Tampoco existen huellas de explosión
Fotograma del 17 de Diciembre de 1998, mientras se realizaba la inspección judicial en Santo Domingo. Compare estas fotos con el croquis. No encontrará huellas de explosión
No contentos con este fraude, el señor Pedro Elías Romero director de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía (la misma unidad que fue a Mapiripán, armados hasta los dientes, para asustar al falso muerto encontrado por Periodismo Sin Fronteras) envía un oficio al señor Manuel Aponte Dávila, agregado jurídico del FBI.
En ese oficio, le solicitan al FBI que analice algunos fragmentos encontrados en las diligencias en Santo Domingo.
Pero aquí entra el engaño a la agencia norteamericana. La Fiscalía no anexa los fragmentos reales, encontrados y recuperados en las diligencias de los días 17, 18, 24 y 28 de diciembre, sino que le entrega una nariz de espoleta que dice mentirosamente hacer sido recogida dentro del camión, pero que en realidad fue vista sobre la mesa de una casa, junto a otros materiales, según el video que hizo la misma Fiscalía ese 28 de diciembre, y que nada tiene que ver con material recogido en el lugar de los hechos.
Y anexan otra “prueba”. Una de las personas fallecidas, como ya lo mencionamos, es Teresa Mojica Hernández, a quien –en la autopsia- se le extrae una esquirla que Medicina Legal describe textualmente así:
“1.1.6. Fragmento metalico No 6 (recuperado en necropsia 113-OSA occiso Teresa Mojica, oficia 559 del 98.12.20)
 Forma                       LAMINADA E IRREGULAR
Constitucion               Aleacion de hierro
Masa                           0.0035 g
Dimensiones               3,2 X 1,4 MM
Observaciones            Bordes irregulares. Posee respuesta a la atracción magnética”
La esquirla hallada en el cuerpo de la mujer es la siguiente:
Esquirla hallada en el cuerpo de Teresa Mojica. Note que mide MILIMETROS, no centímetros, y que su forma es totalmente irregular, no rectangular (como la enviada al FBI por la Fiscalía)
Pero la esquirla enviada al FBI es la que aparece en la siguiente imagen, cuyo tamaño es de 2,0 x 1,0 centímetros (no de 3,2×1,4 MILIMETROS que es la le extrajo Medicina Legal). Y es de forma rectangular, no de forma irregular. Esta es la que la Fiscalía envía al FBI:
Esquirla suplantada, enviada al FBI
Es decir, estimados señores, que la Fiscalía General de la Nación de manera absolutamente criminal, hizo un cambiazo para engañar al FBI y a la justicia colombiana.  La Fiscalía suplantó la evidencia.
Por supuesto, el FBI respondió y dijo que, evidentemente, tanto la espoleta como el fragmento supuestamente hallado dentro del cuerpo de una de las víctimas, sí contenían rastros de TNT y otras sustancias utilizadas por las bombas de la Fuerza Aérea de Colombia.
La remisión al FBI fue firmada, además de Pedro Elías Romero, por varios funcionarios entre quienes está el perito
Esquirla suplantada (Foto del FBI)
Iván Antonio Ricaurte Warletta, quien “sorpresivamente” también cambia de opinión ya que él había estado en diligencias anteriores –por lo menos una- en Santo Domingo y dictaminó en cinco ocasiones que allí no había explotado ninguna bomba aérea, y que las muertes habían sido causadas por una bomba casera colocada dentro del camión, no caídasobre el vehículo.. ¿Por qué cambió de opinión justo después de asistir a Santo Domingo ese 11 de febrero de 2000, cuando se fraguó el fraude..? No sé, pero es legítimo preguntarse por la validez del refrán: “Por la plata baila el perro”, supongo yo.
El costalado de fragmentos “sembrados” prevaricadoramente es recogido por una mujer de nombre María Panqueva quien, según lo declaró ella misma, se dedicó mañana, tarde y noche, durante catorce meses, a recoger esos fragmentos. Como el Guiness Records Mundial. Habrá que hacerle una estatua mejor que la que le hicieron a Marulanda en Caracas, o la que planean hacerle a Garzón en la Nacional.
Y con este dictamen del FBI condenaron a los miembros de la Fuerza Aérea. Aunque nadie sabe cómo llegó esa espoleta a manos de un habitante de Santo Domingo, ni por qué jamás fue reportada en las diligencias hechas el 17, 18 y 24 de diciembre de 1998, ni tampoco el 18 de junio de 1999, ni en la ilegal diligencia de febrero de 11 de 2000 cuando hicieron los croquis espurios. Tampoco nadie pregunta quién hizo el cambiazo de la esquirla extraída del cadáver de Teresa Mojica. Con total desfachatez, digna de los peores bandidos, la Fiscalía, bajo la mirada complaciente de jueces y magistrados condenaron a más de 30 años de prisión a militares que lo único que han hecho es defender la patria de la amenaza terrorista del narcotráfico, ese mismo que lleva de paseo a magistrados de la Corte Suprema, que los llena de costosos licores y prostitutas y que envía regalos costosos de diamantes, relojes y zapatos tanto a ellos como a sus cómplices esposas.
Increíble. La misma Fiscalía que compra y suplanta testigos en el caso del Palacio de Justicia, fabrica y suplanta pruebas para, engañando al FBI, hacerles el favor a las guerrillas marxistas de exterminar a nuestras Fuerzas Militares.
Iván Antonio Ricaurte Warletta, topógrafo de las universidades Distrital y del Tolima, y perito en balística
Increíble es también que Pedro Elías Díaz Romero (el que envió el oficio al FBI con las pruebas falsas) sea el mismo que llevara la investigación contra el General Rito Alejo del Río de forma contundentemente tramposa, tanto que el entonces Fiscal Luis Camilo Osorio le solicitó la renuncia. Muchas de nuestras fuentes nos dijeron que este señor tenía extraños nexos con el ELN. Y por eso no es de extrañar que Juan Manuel Santos, quien tiene también extraños nexos con la misma guerrilla, lo haya hecho reintegrar a su gobierno en Justicia y Paz, reintegrándole, al parecer, los salarios causados en esos ocho años de haber sido sacado de la Fiscalía.
Increíble es que el señor Iván Antonio Ricaurte Warletta, el técnico criminalístico que cambié sus dictámenes, no haya podido sido hallado por la Fiscalía a pesar de que nosotros logramos establecer que se la pasa en Bogotá trabajando en una empresa de peritajes balísticos, con contratos muy buenos del gobierno. Señores de la Fiscalía, en la página web del señor Ricaurte pueden encontrar su mail y sus teléfonos para que lo citen:
Todo esto es increíble. Pero más increíble es que lo estemos permitiendo.